Desde entonces, ha vuelto una aparente estabilidad. Trump ha suavizado su retórica sobre los aranceles y la destitución de Powell ya no está sobre la mesa. Los rendimientos de los bonos del Estado parecen haber vuelto a la normalidad. En los mercados de crédito, el aumento de los diferenciales parece haber tocado techo (por ahora). Además, el reciente aumento de los diferenciales nos ha llevado de unos niveles muy reducidos al nivel medio de los últimos diez años.
No obstante, la volatilidad seguirá siendo la nota dominante en el futuro inmediato. En este contexto, creemos que los inversores que busquen rentabilidades estables, con potencial de liquidez similar a la del efectivo y un riesgo adicional mínimo, deberían considerar una estrategia de short dated enhanced income.
La Fed y el BCE: retos divergentes
La Fed y el Banco Central Europeo (BCE) se enfrentan a retos económicos e inflacionistas muy distintos. Estados Unidos se enfrenta a una crisis combinada de demanda y oferta, que está impulsando al alza la inflación. No está claro si se trata de una crisis puntual del nivel de precios con un impacto transitorio en la inflación o de un problema más fundamental al que debe hacer frente la Fed. Por el contrario, el BCE se enfrenta a una crisis puramente de demanda, más fácil de gestionar mediante recortes de tipos, ya que estos no alimentan la inflación.
En la situación actual, esperamos que el BCE recorte los tipos dos veces más este año, lo que supondría un total de cinco recortes, situando el tipo en el 1,75%. Prevemos que la Fed recortará los tipos dos veces este año, frente a la previsión anterior de un solo recorte, y que el tipo de los fondos federales bajará hasta alrededor del 3% a finales del próximo año.
Sin embargo, hay riesgos en el horizonte. La recesión en EE. UU., que antes era una perspectiva lejana, ahora parece peligrosamente cercana (con una probabilidad de alrededor del 45%). Este escenario probablemente provocaría una mayor flexibilización del BCE y podría llevar a la Fed a actuar de forma más agresiva. También existe el riesgo de que la Fed haga menos de lo que espera el mercado, ya que los responsables políticos se esfuerzan por mantener ancladas las expectativas de inflación a largo plazo. Si a esto le sumamos las preocupaciones sobre la independencia de la Fed, queda claro por qué los mercados son tan volátiles.
Por eso recomendamos una asignación a bonos a corto plazo, que están menos expuestos al riesgo de tipos de interés. ¿Qué más ofrecen?
¿Por qué bonos a corto plazo?
A largo plazo, la consistencia de los rendimientos es un importante argumento de venta para el crédito a corto plazo. Durante los últimos 20 años, el crédito a corto plazo ha ofrecido 17 años naturales de rendimientos positivos, con sólo tres años negativos. En comparación con el índice de todos los vencimientos, que tuvo 14 años positivos y seis negativos, esta cifra es muy favorable. Esta relativa estabilidad se debe en gran medida a la menor sensibilidad del crédito a corto plazo a las fluctuaciones de los tipos de interés, lo que lo convierte en una opción de inversión más predecible, especialmente en mercados turbulentos.
Chart 1: Short-dated bonds: consistent returns
Una opción para salir del efectivo
Los fondos monetarios han sido, y siguen siendo, populares debido a sus atractivos rendimientos y perfil de liquidez, especialmente en los últimos años. Estos fondos proporcionan un acceso rápido a los activos con un periodo de liquidación de T+1 (día de negociación más un día), que se compara favorablemente con la mayoría de los fondos de crédito a corto plazo con sede en EMEA (Europa, Oriente Medio y África) con periodos de liquidación de T+3. Ante la posibilidad de que los tipos bajen a un ritmo más lento de lo que se pensaba, los rendimientos de los fondos monetarios han caído y se espera que sigan haciéndolo. Por ello, prevemos que los inversores acabarán abandonando los fondos monetarios en busca de rendimientos más atractivos, muy probablemente en bonos corporativos a corto plazo.
Creemos que una auténtica alternativa al efectivo debe ofrecer una liquidez similar a la del efectivo. Nuestra estrategia a corto plazo ofrece una liquidación T+1, equiparable a la de los fondos monetarios, al tiempo que trata de mejorar el rendimiento. Por lo tanto, los inversores no sacrificarán la flexibilidad a cambio de una rentabilidad potencialmente superior.
Aumentar el rendimiento mediante la diversificación
Aunque invertir en crédito de duración ultracorta puede ofrecer a los inversores un perfil de riesgo muy bajo, el verdadero valor reside en encontrar rendimiento adicional sin añadir riesgo de forma significativa. Creemos que hay tres formas de lograrlo, y las tres deben utilizarse de forma equilibrada para garantizar resultados coherentes.
En primer lugar, los inversores pueden bajar en la escala de calificaciones y añadir selectivamente bonos con grado de inversión de menor calificación y algunos bonos de alto rendimiento a corto plazo. En segundo lugar, los inversores pueden mirar más abajo en la estructura de capital para invertir en bonos subordinados de entidades tanto financieras como no financieras. Por último, los inversores pueden ampliar sus horizontes y buscar las mejores ideas a escala mundial, incluidos los mercados asiáticos y emergentes. Este enfoque puede crear potencialmente una cartera más diversificada, de mayor rendimiento y estable en comparación con los índices pasivos.
Conclusiones
Es probable que los mercados sigan siendo volátiles en el futuro inmediato. Los gobiernos de todo el mundo se están recalibrando en respuesta a las políticas comerciales y de defensa de Trump 2.0. Al mismo tiempo, esperamos que las políticas de los bancos centrales diverjan a medida que los responsables políticos aborden sus propios desafíos de crecimiento e inflación.
En el entorno actual, creemos que los inversores deberían considerar una asignación al crédito a corto plazo. Los gestores activos con una mentalidad global pueden seguir encontrando activos que ofrezcan un rendimiento convincente y una rentabilidad realsuperior a la del efectivo, con sólo un aumento moderado del riesgo. Una propuesta atractiva en un mundo turbulento.
Chart 2: Short-dated breakeven rates
El crédito a corto plazo también presenta una tasa de equilibrio superior a la del índice de todos los plazos (véase el gráfico). La tasa de equilibrio indica cuánto pueden subir los rendimientos antes de que la pérdida de precio del índice anule el rendimiento anual. Debido a su combinación de atractivos niveles de rendimiento y baja duración, el crédito a corto plazo puede soportar mayores incrementos de los rendimientos antes de anular la rentabilidad. Esto proporciona un amortiguador contra la volatilidad de los tipos de interés, reduciendo el riesgo de imprevisibilidad de los precios y mejorando la liquidez.