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Renta variable de gestión activa

Invertir con sesgo quality: por qué los fundamentales pueden recuperar su lugar en su cartera de acciones

¿Está la inversión con sesgo quality lista para volver? A medida que los mercados cambian y los fundamentales recuperan su protagonismo, exploramos por qué la resiliencia y la previsibilidad pueden volver pronto a liderar las estrategias de renta variable.

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Global Head of Equities

Duración: 6 Mins

Date: 27 oct 2025

Desde que comenzó la recuperación tras la pandemia, el estilo de inversión de calidad ha perdido popularidad en los mercados de renta variable. Los inversores se han decantado por las acciones de valor y la recuperación cíclica, atraídos por las expectativas de un repunte del crecimiento económico.

Este cambio ha planteado retos a los gestores activos cuya filosofía se centra en invertir en empresas de alta calidad. Sin embargo, a medida que evolucionan las condiciones del mercado, hay razones de peso para creer que la calidad puede volver a estar de moda.

Entender la calidad como estilo de inversión

La inversión en calidad se centra en empresas con fundamentales sólidos: beneficios resistentes, balances sólidos y una gestión prudente. Estas empresas suelen estar mejor preparadas para capear las recesiones económicas y ofrecer rendimientos sostenibles a lo largo del tiempo.

Históricamente, las estrategias de calidad han ofrecido a los inversores menos riesgos extremos —la posibilidad de que se produzcan acontecimientos poco frecuentes, pero extremos que pueden causar pérdidas significativas—, un mayor margen de seguridad y flujos de beneficios menos volátiles.

A largo plazo, las estrategias de calidad han obtenido mejores resultados que el mercado en general, ofreciendo una experiencia más predecible para los inversores (véase el gráfico 1). 

Chart 1: Quality investing works

Cabe destacar que la calidad representa el segmento más grande del mercado bursátil mundial, con aproximadamente el 42 % de los 2,9 billones de dólares estadounidenses del universo de acciones activas transfronterizas y del Reino Unido (1).

Vientos en contra recientes: el dominio del crecimiento y el valor

En los últimos años, la calidad como estilo de inversión se ha enfrentado a importantes vientos en contra. Este entorno ha sido especialmente difícil para las carteras centradas en la calidad que invierten fuera de Estados Unidos, donde ha predominado el valor. Por el contrario, cuando se incluyen los activos estadounidenses, el crecimiento en general ha obtenido mejores resultados (véase el gráfico 2).

MSCI World - Growth outperforming Value

MSCI World ex USA - Value triumphant

En Estados Unidos, las acciones de crecimiento (en forma de un conjunto de gigantes tecnológicos) contribuyeron a impulsar los mercados de renta variable estadounidenses a sucesivos récords, ya que los inversores acogieron con entusiasmo la narrativa en torno a los beneficios transformadores de la inteligencia artificial. Estas empresas estadounidenses dominan ahora el mercado estadounidense, así como los índices bursátiles mundiales.

En otros lugares, las acciones de valor, a menudo percibidas como baratas, han obtenido mejores resultados, impulsadas por la esperanza de una recuperación cíclica. Sin duda, ese ha sido el caso en los últimos seis meses. Aunque esta narrativa tiene cierto mérito, es posible que los mercados se estén adelantando a los acontecimientos.

Los retos son tanto estructurales como cíclicos. El auge de los fondos de inversión pasivos y los fondos cotizados en bolsa (ETF) ha transformado el comportamiento de los inversores; la compresión de las comisiones y la fuerza disruptiva de la tecnología han alterado el panorama competitivo.

Esta dinámica ha creado obstáculos para las estrategias centradas en la calidad, pero también sirve de catalizador para la innovación y la adaptación.

Por qué la calidad podría estar a punto de resurgir

Dicho esto, hay indicios tempranos de que la marea podría estar cambiando. Vemos tres factores que sugieren que podría avecinarse una rotación del valor a la calidad:

Vientos en contra económicos y preocupaciones sobre el crecimiento. Las economías mundiales se enfrentan a múltiples retos, desde la ralentización del crecimiento de EE. UU. hasta el impacto de los aranceles y la incertidumbre geopolítica. A medida que estos riesgos se hacen más tangibles, es probable que los inversores se vuelvan más selectivos, favoreciendo a las empresas con ganancias predecibles y fundamentales sólidos. Este entorno debería crear un contexto más favorable para que la calidad ofrezca un mejor rendimiento.

Tipos de interés. Las expectativas de bajada de tipos son otra posible fuente de apoyo. A medida que los tipos bajan, aumenta el atractivo relativo de las empresas estables y de alta calidad. Históricamente, los periodos de bajada de tipos han sido testigos de una rotación del valor a la calidad. El consenso del mercado apunta ahora a una bajada de tipos este año y en 2026, lo que en general es beneficioso tanto para la renta variable como para la calidad.

• Liderazgo tecnológico más amplio. Aunque gran parte del reciente repunte del mercado se ha concentrado en un puñado de gigantes tecnológicos estadounidenses, hay indicios de que el optimismo tecnológico se está ampliando. Las acciones tecnológicas chinas tienen ahora tantas posibilidades de subir como sus homólogas estadounidenses, y los beneficios de la inversión en inteligencia artificial y centros de datos se están extendiendo por las cadenas de suministro mundiales. Esta ampliación del liderazgo bursátil podría beneficiar a las carteras centradas en la calidad, especialmente a las de alcance mundial.

Fundamentales en el punto de mira

A medida que las perspectivas del mercado se vuelven más matizadas, con divergencias significativas en las valoraciones en medio de una desaceleración del crecimiento económico, es probable que los fundamentales corporativos pasen a primer plano. Este entorno debería favorecer a los stock pickers y a aquellos que se centran en la calidad.

En un mundo en el que el cambio es la única constante, es probable que las virtudes perdurables de la calidad —resiliencia, previsibilidad y crecimiento sostenible— recuperen su atractivo.

La confianza de los inversores está mejorando, con un aumento del apetito por el riesgo, especialmente hacia los mercados emergentes (ME). Las asignaciones a renta variable emergente se encuentran en su nivel más alto desde principios de 2025, y hay un renovado interés en las estrategias de renta variable regionales (excepto EE. UU.), así como en las empresas más pequeñas.

Sin embargo, aunque los mercados están descontando actualmente unas perspectivas benignas para 2026, es necesario actuar con cautela. Esto se debe a que siguen existiendo riesgos políticos y geopolíticos considerables y nos adentramos en un territorio desconocido, en el que muchas de las viejas reglas ya no se aplican.

Conclusiones

En un entorno definido por la incertidumbre y el cambio, la calidad ofrece un enfoque disciplinado basado en los fundamentales. A medida que los inversores buscan equilibrar el riesgo y la rentabilidad, la calidad volverá a demostrar que es el estilo que prevalece.

Próximos pasos

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